El agua cae con fuerza desde lo alto en la cascada de Hueima, uno de los secretos naturales de la comuna de Lanco. Aquí, aún se pueden encontrar los rastros que dejó la fiebre del oro entre las décadas del 40 y 80. Durante los últimos años, la comunidad ha ido rescatando este entorno natural que se ha convertido en un lugar lleno de vida y diversidad.
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